137. EL CIRCULO DIMENSIONAL

 EL CÍRCULO DIMENSIONAL

La Extensión de tu Percepción
Ahora que estás familiarizado con el círculo físico, es el momento de aprender a detectar las energías del espacio. En la tradición mágica se dice que un círculo tiene siete dimensiones: Norte, Sur, Este, Oeste, Arriba, Abajo y el Centro. Cada punto cardinal está vinculado a un elemento concreto. La parte de arriba se relaciona con el Padre Cielo, la de abajo con la Madre Tierra y la del centro con el Espíritu.
Cuando nos movemos por el círculo y centramos la atención en una de sus partes, nuestra consciencia también se mueve y capta la energía de cada dirección. Aunque todas las energías convergen en el círculo y lo forman, aprender a captar las diferencias es necesario para trabajar con las fuerzas sutiles.
Si quieres captar por ti mismo las energías direccionales, aborda el siguiente ejercicio:
1. Entra en el círculo físico y ponte de pie.
2. Relájate y haz el “Ejercicio de Enraizamiento”.
3. Ahora que estás conectado a Tierra y Cielo, abre los ojos y siente que el círculo es tu templo. Para sentirte conectado a las siete direcciones afirma:
Yo Soy el Este
Yo Soy el Sur
Yo Soy el Oeste
Yo Soy el Norte
Yo Soy Arriba
Yo Soy Abajo
Yo Soy la Tierra
Yo Soy el Cielo
Yo Soy el Espíritu
Oh Elementos de la Vida
Permitid que la Armonía fluya sobre mí
Que el círculo sagrado se active
Y mi consciencia despierte a los misterios
Sin daño alguno y por el bien común
Que así sea
4. Da unos pasitos y acércate al Este. Ve a los límites del círculo físico. Acércate al linde que te separa de la realidad exterior. Quédate ahí y piensa que la frontera es el límite entre esta dimensión y la otra. A continuación frota tus manos para darte calor (como cuando tienes frío) y sácalas del círculo para sentir la energía exterior. Analiza las sensaciones y comprueba si captas algún cambio energético o ninguno.
¿Notas alguna energía?
¿Sientes que las sensaciones cambian en la frontera del círculo?
¿Percibes calor, frío, energía?
Determina lo que sientes cuando una parte de ti, “sale” del círculo.
5. Respira profundamente y vuelve al centro.
¿Te sientes más seguro en el centro?
¿Por qué?
¿Captas la energía mejor en los límites o en el centro?
6. Recorre el perímetro parándote en cada dirección. Ve extendiendo tus manos para captar la energía del Este, Sur, Oeste y Norte. Concédete tiempo en cada punto para sentir la energía. Tal vez sientas que fuera del círculo hay “algo extraño”. Si sientes esto, significa que estás percibiendo las energías del entorno.
7. Cuando hayas recorrido las cuatro direcciones vuelve al centro. Frota de nuevo tus manos y elévalas al cielo. Piensa que arriba está el Padre Cielo.
¿Sientes su energía divina?
¿Te sientes amado por él?
¿Te sientes bendecido?
¿Sientes asistencia espiritual y protección?
¿Te sientes juzgado?
8. Baja las manos, vuelve a frotarlas y ponlas sobre la Tierra. Capta la energía que hay más allá del suelo que pisas. Presta atención a tus sensaciones y determina la energía que existe bajo el círculo.
¿Te sientes conectado a la Madre Tierra?
¿Sientes protección, seguridad, paz?
¿Te sientes acogido en su seno?
9. Cuando termines el ejercicio vuelve a centrarte en ti. Frota de nuevo tus manos y colócalas sobre tu corazón para que tu consciencia vuelva a ti. Si la conexión con las direcciones está bien hecha, al poner tus manos sobre tu corazón sentirás que vuelves a ti. Si te notas demasiado “volado” (descentrado) coloca tus manos sobre tu cara para asentar las energías y volver a tu cuerpo. Esto te ayudará a anclar tu consciencia de nuevo en tu cuerpo.
10. Ahora que estás centrado, afirma serenamente:
El Este y Yo, somos Uno
El Sur y Yo, somos Uno
El Oeste y Yo, somos Uno
El Norte y Yo, somos Uno
Lo de Arriba y Yo, somos Uno
Lo de Abajo y Yo, somos Uno
La Tierra y Yo, somos Uno
El Cielo y Yo, somos Uno
El Espíritu y Yo, somos Uno
El Círculo Viviente y Yo somos Uno
El Círculo Viviente y Yo somos Uno
El Círculo Viviente y Yo somos Uno
Yo Soy la Consciencia de Unidad
Gracias oh Luz, que estás junto a mí
11. Respira profundamente y siéntete unido a todas las energías del círculo. Si lo deseas puedes permanecer en él unos minutos, meditar o simplemente relajarte.
12. Cuando termines y quieras salir, da las gracias diciendo:
Te doy las gracias oh Gran Espíritu
Por todo lo bueno que me das cada día
Por ser tú la luz que guía mi vida
Por darme el amor que viene de ti
Gracias oh Sabio Espíritu
Que me has oído
13. Relájate y sal del círculo.
El ejercicio ha terminado.
Practicar este ejercicio te ayuda a conectar con las direcciones y agudiza tu percepción extrasensorial. Aunque en este formato estamos usando el círculo físico como punto de partida, el hecho de prestar atención a las direcciones te ayudará a sentir las energías sutiles que allí moran. Captar las energías elementales es necesario para que comprendas la maravilla del círculo. En el futuro trazarás círculos sin ninguna ayuda física y necesitas captar las frecuencias para saber lo que haces.
El ejercicio también te enseña a “volver a ti”. Cuando conectas con una energía concreta y luego vuelves al centro, tu consciencia ha de volver a ti. “Volver a ti” significa centrar tu mente en ti mismo, sentirte presente en tu cuerpo, aquí y ahora. Cuando vuelves a ti después de conectar con los elementos y lo haces con plena consciencia, eres soberano del círculo. Comprendes que tú eres el maestro de ceremonias y eso te da autoridad.
Las brujas veteranas dicen que para trabajar con el círculo necesitamos centrar nuestra consciencia, equilibrar nuestras emociones, calmar nuestros pensamientos y equilibrar la actitud. Si no lo hacemos así, el círculo no funciona como debe, y la negatividad nos invade.
Se supone que antes de llegar a esta lección, ya has practicado el ejercicio de enraizamiento, las devociones diarias, la salutación elemental y las técnicas psicológicas que te he enseñado. Si lo has hecho, tu energía ya está equilibrada. Pero si no es así, necesitas volver a practicar para que tu mente se equilibre y empodere. La disciplina y el autocontrol son necesarios para trabajar con el círculo. Tú, esa personita que está leyendo esto, está aprendiendo a hacer cosas que la mayoría de la gente no sabe. Estás abriendo un canal de comunicación con el más allá, y eso debería hacerte reflexionar.
Consejo: si después de repetir varias veces el ejercicio sientes la necesidad de afirmar unas palabras mientras percibes las direcciones, también puedes hacerlo. Las palabras que yo uso para cada punto son:
Poder del Este, Viento de la Aurora
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder del Sur, Llama Sagrada
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder del Oeste, Lluvia Sanadora
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder del Norte, Tierra Sagrada
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder del Cielo, Padre del Sol
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder de la Tierra, Madre Antigua
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Poder del Centro, Espíritu Eterno
Siento tu energía fluyendo sobre mí
Yo Soy (di tu nombre tres veces)
Estas palabras se dicen cuando has conectado con cada dirección (no antes). Son para afirmar tu conexión, ¡no para producirla! Si las dices sin haber conectado en silencio con cada dirección, quizás te concentres más en la oración que en el propio trabajo sensitivo. Aunque las oraciones son maravillosas para desplegar el poder, no debes saltarte el paso de frotarte las manos y extender las palmas, pues en este ejercicio es necesario prestar atención a las sensaciones para captar las energías. Una vez captes la energía, podrás decir las palabras sin problemas.
Observa qué energía te atrae más: cuando practiques el ejercicio quizás notes que te resulta más fácil percibir una energía más que otra. Esto ocurre cuando tienes mayor afinidad por un elemento concreto. Si para ti el Aire te atrae más, te será fácil conectar con el Este porque lo sientes contigo. Y si lo que más te atrae es el Fuego, quizás sientas que conectar con el Sur es más fácil. Esto suele pasar al principio, pero conforme practiques y vayas armonizándote con las direcciones, te darás cuenta que conectar con todas es esencial para que el círculo funcione.
Con la Madre Tierra y el Padre Cielo, sucede lo mismo. Algunas brujas cuentan que conectar con la Diosa les resulta muy fácil porque se sienten identificadas con ella. En cambio hay otras que se sienten más sintonizadas con el Padre -por simple inclinación natural-. Aprender a conectar con las siete direcciones de manera equilibrada, es necesario para que tu conexión resulte armoniosa. Todas ellas forman -y son- parte del círculo, de modo que trata de trabajar con ellas por igual.
Desde la Experiencia: cuando empecé a practicar este ejercicio por primera vez, me di cuenta que para mí era más fácil conectar con los elementos y la Madre Tierra. Sin saber porqué me sentía más cómodo con su energía materna. Al observar esto caí en la cuenta que tenía resistencias en mi interior para conectar con la energía del Padre Cielo. Sin querer lo asociaba demasiado al Dios judeocristiano y esto me alejaba del concepto.
Para transformar ése patrón empecé a investigar y comprobé que en realidad, el concepto del Padre Cielo era universal. En las religiones nativas y paganas era común denominar al cosmos “Padre Cielo” porque es la energía fecundadora de la Tierra. El concepto no ha de vincularse a un dios castigador y malvado. De hecho ése concepto no es real en absoluto.
Para cambiar ésa idea, empecé a visualizar al Padre Cielo como una energía dorada y radiante que me ofrecía amor, paz, protección y bendición. En el ejercicio de percepción visualizaba una esfera preciosa que bajaba del cielo y se acercaba a mi cabeza dándome un beso -lleno de amor-. Al repetirlo varios días entendí el concepto de Padre Cielo y pude conectar con su energía de manera natural.
Al hacer esto las ideas preconcebidas que tenía desaparecieron, y mi consciencia pudo conectar con ése amor eterno que llamamos Padre. Te diré, que lo que más me gusta de este ejercicio es que practicarlo armoniza mis sentidos. Cuando lo hago sin prisas, mis elementos internos se equilibran. Mis desfases emocionales se corrigen y eso me devuelve la paz. Repetirlo también me ayuda a mejorar mi capacidad de percepción, pues acercarme a cada dirección, frotar las manos y sentir la energía me ayuda a trascender sobremanera. Cada vez que conecto con la Madre Tierra me siento protegido. Y cuando conecto con el Padre Cielo, bendecido. Al volver a centrarme en mí, me siento empoderado. Y esto hace que mi consciencia trascienda.
Si eres una bruja profesional y ya conoces la mecánica del círculo, quizás el ejercicio te parezca demasiado sencillo. Pero volver a practicarlo te ayudará a retomar tu formación. A todos nos viene bien recordar nuestros comienzos y sentir de nuevo la energía bendita del círculo.
Practica este ejercicio siete días seguidos y observa cómo te sientes.
Si te apetece, puedes incorporarlo a tus prácticas diarias como una devoción.
Luego hazlo cuando lo sientas necesario o como entrenamiento regular en tu trabajo.
Sabio y Bendito seas
El Brujo Shiva
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