EL TIEMPO MÁGICO
Aprovecha la energía del cosmos
Cuando trabajas las plantas y observas su desarrollo, te das cuenta de que más allá de lo que haces, existe un poder cósmico influyendo sobre tu jardín. Este poder, no es otro que la energía del Sol y de la Luna bañándolo con sus rayos.
La Tierra (al igual que los demás orbes del sistema solar) viaja alrededor del Sol, en un trazado ovoide llamado “viaje eclíptico”. Este viaje es el que da forma a nuestro año solar y tarda trescientos sesenta y cinco días en completarse. Además de esta vuelta grande, la Tierra también gira sobre sí misma, produciendo el día y la noche. Y esto hace que la luz solar llegue a todos los lugares del planeta.
Por si fuera poco, el planeta también tiene una inclinación en su eje -en proporción a la eclíptica-. Y esto hace que se produzcan las cuatro estaciones. La primavera, el verano, el otoño y el invierno, se producen gracias a esta inclinación. Si el planeta no estuviera inclinado, aunque viajara por la eclíptica, las estaciones no serían iguales[1].
Si vives en el Hemisferio del Norte o Sur, para ti las estaciones no tienen misterio. Sabes que en primavera surgen las flores, en verano salen los frutos, en otoño maduran y en invierno la tierra descansa. Esto es lo que ocurre a nivel general, pero no todas las plantas siguen este ciclo evolutivo.
Algunas plantas como el Narciso se plantan en invierno y florecen antes de la primavera. El Narciso es una planta de invierno que hiberna en verano. Por más que lo riegues en verano, no florece, porque su naturaleza se estimula sólo en invierno. Y si no sabes esto y te empeñas en regarlo, puede que el bulbo se pudra.
Conocer el patrón de las plantas y el clima de tu pueblo es necesario para que tu jardín se mantenga. Si escoges bien tus especies y las cultivas en el tiempo adecuado, tu trabajo será menos agotador y mucho más sano para ellas.
Donde yo vivo hace más frío que calor. A pesar de que Requena pertenece a una comunidad templada, el clima es más frío que caliente. Sé, que si quiero plantar Orquídeas debo tenerlas en el interior, pues en la terraza se hielan. La Orquídea es una planta de origen tropical que necesita luz, humedad y calor. Pretender obligarla al clima del pueblo es absurdo. Sé que la planta necesita ésas cualidades ambientales para estar feliz, y si no tengo en cuenta su necesidad, morirá.
Si vas a comprar semillas o esquejes en tu floristería favorita, mira la etiqueta identificativa que viene con ella. A menudo indica la temperatura recomendada, la luz necesaria y la cantidad de riego. Si no sabes nada de ésa planta, puedes consultar en Internet y ver qué cuidados necesita.
Además del ciclo estacional solar, la Luna también influye en la vida de las plantas. La Luna es nuestro satélite natural y su presencia equilibra las energías del Sol polarizando su energía y enviándola hacia el planeta. Cuando la luz del Sol llega a la Luna, ésta la refleja enviándola hacia la Tierra, como si fuera un espejo. Esta luz es mucho más suave y tranquila, pero tiene una energía magnética que también influye en la huerta.
En su ciclo mensual, la Luna va reflejando la luz en distintas fases de mayor a menor intensidad. Cuando la Luna está Nueva no refleja la luz solar y es tiempo de descanso. Cuando está Creciente refleja la luz a medias y es tiempo de acción. Cuando está Llena se ilumina por completo y hay energía extra. Y cuando está Menguante releja sólo otra media y es tiempo de frenar.
Saber en qué fase se encuentra la Luna, te permite alinear tu trabajo agrícola y aprovechar la energía magnética del momento. Aunque no todos los agricultores se rigen por la Luna para realizar su labor, lo cierto es que tener en cuenta sus fases te ayudará a conectar con el ánima de las plantas.
La influencia de la Luna ha estado presente en la brujería tradicional desde los tiempos antiguos. Ha sido aliada de brujas y magos, pero también ha inspirado a los agricultores de todas las épocas.
Aunque todavía se están realizando muchos estudios acerca de la influencia lunar en las plantas, lo cierto es que su presencia también cuenta. Todos sabemos que el movimiento lunar influye en las mareas, en la sangre de los animales y en la savia de las plantas.
Debido a lo cerca que se encuentra de la Tierra, la Luna es la guardiana del planeta. Su influencia cercana, su tirón gravitatorio y sus ciclos cambiantes, la convierten en nuestra mejor aliada.
Muchos estudios astronómicos afirman que si no tuviéramos un satélite como la Luna, la vida en la Tierra no sería la misma. El giro planetario sería más corto y los días y noches durarían menos. El clima también se volvería inhóspito y el flujo de las mareas se detendría.
¿Ahora bien, es cierto que la Luna influye en las plantas?
Se sabe que la savia de las plantas (y árboles) responde a la influencia cósmica igual que en mareas. Esto sucede gracias al baile trino que llevan el Sol, la Tierra y la Luna. Y nos enseña que si alineamos nuestros esfuerzos con el ciclo solar y lunar, el resultado mejora.
-¿Abuelo, cuando se plantan los Ajos?
-En Febrero, cuando la Luna esté menguando. Si los plantas en creciente no saldrán igual y pueden pudrirse los bulbos.
Qué tontería..!. ¿No dará igual plantarlos en otra fecha?
-Tú plántalos en menguante y saldrán…!
Sin saberlo, mi abuelo me está diciendo que los Ajos responden mejor cuando combinamos el ciclo solar y lunar en la plantación. Cuando dice “Febrero” está nombrando el ciclo solar estacional (invierno) y cuando dice menguante, está indicando el ciclo lunar. Y esta información me da una conjunción cósmica favorable, para que los ajos germinen.
La cultura popular está llena de datos acerca del tiempo mágico. La información proviene de la experiencia y para aprenderla sólo tienes que escuchar lo que cuentan los agricultores.
Cuando visitas el campo en Luna Nueva y observas las plantas con tus sentidos psíquicos, te das cuenta de que el principio vital de las plantas está relajado. Su fuerza se concentra en las raíces, respondiendo a la fase lunar. Este es un buen tiempo para poder hojas, porque la sabia se concentra abajo. Si en cambio lo visitas en Luna Llena (aunque sea de día) percibes que el ambiente está más excitado, pues el ánima vegetal percibe la presencia de la Luna.
Esto nos da una pista de cómo viaja la savia por el tronco vegetal y en qué punto se concentra en las fases.
En Luna Creciente la savia se dirige hacia arriba (tronco, ramas y hojas).
En Luna Llena la savia se concentra arriba (flores, bayas y frutos).
En Luna Menguante empieza a descender (tronco, ramas y hojas).
En Luna Nueva, se concentra abajo (raíces).
Sabiendo esto, podemos usar el ciclo de la savia para acelerar plantaciones.
Las plantas que crecen hacia arriba, como trepadoras, germinados, acelgas, lechugas, etc crecen mejor cuando se siembran (trasplantan o cultivan) en Luna Creciente. Y las plantas que crecen hacia abajo, como las raíces, hortalizas, tubérculos, patatas, boniatos, etc, crecen mejor cuando se siembran en Menguante.
Todas las tareas agrícolas se pueden ajustar a las fases lunares y solares. Y si quieres aprovechar su influencia, puedes ajustar tu trabajo al ciclo para que huerta baile al son del cosmos. Las tareas de injertar, podar, abonar, trasplantar, eliminar malas hierbas o combatir las plagas, se potencian cuando tienes en cuenta la estación y la Luna.
Si vas a realizar un injerto de Almendro, y lo haces durante el mes de Marzo en Luna Creciente, la savia se unirá mucho mejor, porque en ésa fase la savia circula hacia arriba. Pero si lo haces en menguante le costará más tiempo “soldar”.
Si podas las malas hierbas en Luna Menguante, el terreno quedará libre durante mucho más tiempo. Pero si los haces en Creciente, volverán a crecer enseguida porque la savia quiere subir.
El abonado también puedes ajustarlo a las fases lunares para que se asimile mejor. Si echas estiércol, perlitas de nutrientes o cualquier otro compost en Luna Menguante, la tierra lo absorberá enseguida. Pero si lo haces en Luna Creciente, no lo absorberá tan rápido.
Cuando los agricultores de mi pueblo mueven la basura de un terreno a otro para abonar los Almendros y Olivos, esperan a que la Luna esté menguando. Esto lo hacen tanto para que la tierra la absorba, como para evitar pulgas y malos olores (y funciona).
A la hora de recoger hierbas y frutos, también puedes observar las fases lunares. Si sabes que la savia se concentra más en una parte que en otra -según la Luna-, puedes aprovechar el mejor momento para hacerlo.
Si vas a coger raíces espera a que sea Luna Nueva.
Si vas a coger flores, frutos o bayas, espera a la Luna Llena.
Si vas a coger hojas, resina o ramas, espera a la Luna Creciente.
Y si vas a coger cortezas espera a la Luna Menguante.
Si recoges tus plantas en su fase activa, comprobarás que tienen más energía. Aunque las uses tiempo después, el hecho de recogerlas en su Luna, conservará su poder.
¿Estoy diciendo que no puedes coger raíces en Luna Llena?
No, no digo eso. Lo que digo es que si aprovechas la Luna en tus recolectas, tus plantas tendrán más energía. Teniendo en cuenta que el ánimao principio vital de las plantas responde al estímulo lunar, como bruja te interesa saber este dato. Por supuesto que puedes recoger hierbas en cualquier fase, pero si observas el detalle lunar, verás que tu magia mejora.
Luna Creciente: energía ascendiendo (subiendo)
Luna Llena: energía extra (arriba)
Luna Menguante: energía descendiendo (bajando)
Luna Nueva: energía reposando (abajo)
Nota: cuando recojas las hierbas en sus fases óptimas, comprobarás que efectivamente las plantas tienen más savia, pero el tiempo de secado también es mayor. Ten paciencia en el proceso de secado y espera a que estén bien secas antes de guardarlas.
Aceptar la influencia del Sol y de la Luna en el campo es algo natural. Cualquier bruja o mago se beneficia si acepta la colaboración del cielo en la tierra y ajusta su trabajo al flujo del cosmos.
Fijarse en estos detalles y aumentar tu conexión con la red de vida de tu huerta, abre tu consciencia a la presencia inmanente del Gran Espíritu. Todo lo que existe en el Universo está interconectado, y resulta curioso comprobar que tu huerta también está bañada por la influencia celeste.
Nuestro planeta es una nave espacial que circula alrededor de su estrella y a cada hora está recibiendo energías cósmicas variadas. Saber esto forma parte de tu preparación y estará bien que experimentes y observes los resultados por ti mismo.
Sé que a veces no habrá tiempo que perder y tendrás que recoger hierbas sin contar con el Sol ni con la Luna, pero si puedes, concédete tiempo para experimentar con sus fases.
Si quieres aprender más puedes consultar “El Calendario Lunar del Agricultor” o el “Calendario Biodinámico” de María Thum. Estos calendarios están diseñados por agricultores y te ayudan a entender el ciclo terrenal-celestial de las plantas.
EL SALUDO AL SOL Y A LA LUNA
Durante una semana (o un mes) sal al exterior y observa tus plantas.
Mira al cielo por las mañanas y siente la presencia del Sol.
Siente su energía llegar a la Tierra y aportar sus bendiciones.
Respira profundamente y afirma:
Oh Dios del Sol
Padre de la Luz
Ilumina mi jardín con tu energía
Apórtale tu bendición
Para que la salud y la abundancia florezcan
Sin daño alguno y por el bien común
Que así sea
Continúa tu día con naturalidad.
Por la noche sal al jardín y observa la Luna.
Si no la ves, siente que está ahí arriba, vigilando nuestros pasos.
Afirma:
Oh Madre Luna
Señora de la Noche
Bendice mi jardín con tu energía
Otorga a las plantas tu sabiduría
Para que su magia curativa se haga más fuerte
Sin daño alguno y por el bien común
Que así sea
Este saludo puedes repetirlo siempre que quieras.
Si prefieres contemplar el jardín y el cielo en silencio, hazlo también.
El Sol y la Luna son nuestros aliados cósmicos vitales. Y cualquier ritual de conexión te ayudará a ser consciente de su influencia.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva
**************************************
[1] Los países cercanos al ecuador planetario tienen un cambio estacional mucho más suave. Al tener climas cálidos todo el año, las estaciones se dividen en “época de lluvias” y “época de sequía”. Esto pasa en países como Ecuador, Egipto y Jamaica. Los polos norte y sur también quedan fuera del ciclo, ya que sus climas son extremadamente fríos y muestran pocas variables -o ninguna- a lo largo del año.