69. EL REINO VEGETAL

69. EL REINO VEGETAL
La Dispensación de la Madre Tierra
Siguiendo con nuestro empoderamiento por la Tierra, pasamos a conocer el Reino Vegetal.
El Reino Vegetal es uno de los más misteriosos del planeta. Está compuesto por todas las plantas, árboles, flores, hongos, arbustos, semillas y raíces que dan forma a nuestro ecosistema. Se calcula que existen más de trescientas mil especias vegetales repartidas por el mundo. Y esta diversidad, lo convierten en uno de los reinos más interesantes.
La ciencia ha definido el Reino Vegetal como “el conjunto de seres vivos que se alimentan mediante la nutrición fotosintética”. La fotosíntesis es la capacidad que tienen las plantas (y algunos insectos) de recoger la luz del Sol y convertirla en energía. Es el proceso bioquímico que generan en el interior de sus células.
Cuando la luz del Sol llega a la Tierra, las plantas absorben la energía lumínica a través de un pigmento fotosensible llamado clorofila. La clorofila es la molécula biológica que da color a las hojas (verde, morado, azulado, etc). Cuando las moléculas se acumulan en ella, las plantas generan oxígeno y dióxido de carbono. Estos gases los recogen y liberan, por unos poros minúsculos llamados “estomas”. Gracias a este proceso continuo, las plantas pueden “ventilarse y respirar”. Y esta “respiración” permite que nuestro planeta tenga una atmósfera habitable.
Como cualquier otro ser vivo, las plantas necesitan nutrientespara crecer. Estos nutrientes también los recogen de la Tierra (a través de las raíces), del Aire (a través de las hojas) o de otras especies (como hacen las plantas parasitarias o carnívoras).
Después del Mineral, el Reino Vegetal es el más antiguo del planeta. Se piensa que las primeras especies vegetales, fueron organismos unicelulares que aparecieron en el mar hace millones de años.
Cuando el planeta se formó y empezó a recibir la luz del Sol, estos organismos comenzaron a duplicarse a sí mismos, creando sistemas orgánicos más complejos (Algas Marinas). Conforme fueron adaptándose, desarrollaron nuevas estrategias para sobrevivir y se expandieron por las aguas.
Cuando las plantas marinas se multiplicaron, liberaron el oxígeno haciendo que los océanos se vieran verdes. A su vez, este oxígeno se liberó del agua –saliendo a la superficie- y formó la atmósfera que tenemos hoy.
Con el tiempo, las plantas marinas también abandonaron el agua y se adaptaron a la superficie de la Tierra. Esto hizo que aparecieran los primeros hongos, helechos y especies.
Con forme pasaron los siglos, el planeta se convirtió en un vergel lleno de vida. Las condiciones cósmicas, geológicas, ambientales y climáticas hicieron que la Tierra floreciera y se cubriera de verde. Y esto convirtió al planeta en un oasis perfecto para la vida.
Cuando los organismos fueron desarrollándose, los primeros animales surgieron en el planeta y tiempo después el homínido apareció[1].
Desde el punto de vista simbólico, el Reino Vegetal es el “Vestido floreciente de la Diosa”. Es la expresión primaria de la vida en el planeta. Además de darnos el oxígeno para respirar y los alimentos para tomar, su presencia es una vía directa para comunicarnos con el Espíritu.
En esta lección vamos a aprender a relacionarnos con él, de manera profunda. Vamos a crear una relación cordial con los árboles, los arbustos y plantas. Vamos a conjurar el poder para que nuestra relación con la Naturaleza aumente y vamos a interconectar con lo verde.
Igual que nuestros antepasados aprendieron a relacionarse con las plantas y supieron aplicarlas en sus vidas, nosotros vamos a hacer lo mismo para que nuestro bagaje mágico se incremente.
CONECTAR CON EL ESPÍRITU VERDE
El Aliado de las Brujas y los Magos
Los amantes de las antiguas costumbres tenemos una atracción especial hacia la Naturaleza. En ella sentimos la presencia inmanente de la divinidad. Más allá de lo bonito que sea contemplar una puesta de Sol o un árbol florido, los paganos sentimos en la Naturaleza el misterio de la Fuente Creadora. Por eso la llamamos “Gran Madre”, “Madre Naturaleza” o “Antigua Madre”. Esta percepción, nos hace buscarla y amarla. Y vincularnos a su energía desde el interior.
Las religiones paganas se basan en esta idea. Se remontan a los días en el que el ser humano percibió la energía del entorno y comenzó a sacralizarla. Aunque a veces resulta difícil dar a entender esta idea, nada es tan justo y coherente como ver en la Naturaleza, la marca de la Fuente Creadora.
Las brujas y los magos hemos conectado con el Reino Vegetal desde tiempos ancestrales. Lo hemos hecho tanto para aprovechar sus virtudes medicinales, como para conocernos a nosotros mismos y comulgar con el Espíritu.
Te diré, que nadie puede llamarse así mismo brujo o bruja,si no cree que la Naturaleza es sagrada. Tampoco puede hacerlo si nunca camina descalzo por la hierba, se baña en los ríos – lagos o playas-, abraza a un árbol, o se vincula interiormente a la Naturaleza.
“La brujería es la conexión integral con el Espíritu de la Naturaleza -en cualquiera de sus formas-. Es la sacralización del entorno y la recuperación del vínculo original con la Divinidad -en beneficio de todos-”.
El Reino Vegetal es una vía directa para conectar y sentir la energía divina. Es el más fácil de usar, porque la captamos a través de los sentidos. Para las personas que intentamos mantener una práctica espiritual basada en la Naturaleza, reconectar con el ecosistema, conocerlo y usarlo, es una práctica básica.
Las personas que viven en las ciudades, a menudo tienen problemas para sentirse conectadas al Espíritu de la Naturaleza. Otras se sienten alejadas de la Madre Tierra y su contacto con lo verde está limitado a las plantas, verduras y frutas de su dieta. Los jóvenes a veces no saben reconocer lo que comen y desconocen el aspecto que tienen las verduras cuando salen de la Tierra.
Estamos tan acostumbrados a comprar los alimentos embasados y cortados, que hemos olvidado el sabor real de los Tomates o la forma que tienen las Calabazas autóctonas. Esto puede ser insignificante para un sistema social, donde la Naturaleza deja de ser importante, pero desnaturaliza nuestro organismo y nos aleja de la Tierra. El cuerpo humano necesita conectar con su fuente original y sentirte parte del planeta. Necesita sentirse parte del ecosistema y fusionarse con él.
Con las plantas medicinales sucede lo mismo. Estamos tan adiestrados a comprarlas en el herbolario (troceadas, secadas y listas para usar), que hemos olvidado a qué huele el Brezo, el Tomillo o el Romero fresco. Aunque esto no anula su efectividad medicinal, lo cierto es que recuperar la conexión con el estado original de las plantas, eleva nuestro espíritu y empodera nuestra magia.
Acercarse a una mata de Perejil, Orégano o Melisa, tocarla, oler su aroma y sentirla viva, nos hace entender que ella también forma parte del Gran Espíritu. Nos ayuda a redescubrir una práctica milenaria y aumenta nuestra conexión con ésa red de energía que lo conecta todo.
Si encima aprendes a conectar con el espíritu de ésa planta y aprendes a conjurar su energía, entonces su alma (o ánima) estará encantado de ayudarte con su magia.
El animismo nos enseña que todo en la Naturaleza tiene alma. Nos recuerda que las plantas, los árboles, las semillas y las raíces, forman parte del entramado energético del Gran Espíritu.
Te diré, que el alma de las plantas no es como la nuestra. Tampoco es como la de los animales. Es como un instinto vital que les ayuda a adaptarse y a sobrevivir. Su Cuerpo Energético es parecido a un sistema nervioso que se activa a través de impulsos bioeléctricos originados en las raíces. Este Cuerpo Energético, proviene de la conexión directa que tienen con la Madre Tierra, por lo tanto son una extensión del Gran Espíritu.
Si eres muy lógico y te cuesta entender el “Ánima Vegetal”, puedes mirar este sistema desde el punto de vista científico.
Charles Darwin (el padre de la “Teoría de la Evolución”) expuso en su obra “Las Plantas Carnívoras”, las investigaciones que llevó a cabo sobre el movimiento de las plantas. Cuando empezó a observar el comportamiento de las plantas carnívoras, se dio cuenta de que ellas sabían diferenciar entre un insecto real –caído en la trampa-, de un objeto artificial puesto por el hombre. Al verlo se preguntó, cómo era posible que la planta supiera diferenciarlo. Y la conclusión fue que sabían detectarlo a través de unos impulsos eléctricos originados en las raíces. Esto demostró que el “cerebro” de las plantas se encuentra en las raíces. En ellas se concentra la información que las hojas reciben del exterior, y en ellas se origina la ordenpara que la planta responda.
Durante los últimos años los científicos han realizado grandes estudios demostrando que las plantas tienen memoria. En el año 1990 el profesor Wouter Van Hoven, empezó a investigar una serie de muertes extrañas sucedidas en los antílopes sudafricanos. Cuando Hoven realizó la autopsia a los animales, descubrió que lo que causó la muerte, fue un consumo excesivo de hojas de Acacia.
Aunque la Acacia forma parte de la alimentación de los antílopes, cuando estos abusan de sus hojas (por falta de otro alimento), el árbol segrega taninos para defenderse de ellos. La concentración elevada de taninos es mortal para estos animales, de modo que el árbol las segregó para evitar su destrucción.
Lo curioso del asunto, es que la Acacia también genera una hormona llamada etileno, que es capaz de viajar por el aire y legar al árbol más próximo para informarledel peligro. Cuando el etileno llega a los demás árboles, sus células lo captan y empiezan a reaccionar. Esto nos demuestra que los árboles son sociables, se comunican entre ellos, y lo hacen por distintos medios.
Otros árboles como la Mimosa también muestran movimientos instintivos de protección. La Mimosa es un árbol capaz de cerrar sus hojas ante la llegada de un insecto o cualquier otro intruso que pretenda dañarlo. Cuando aprietas una de sus hojas, ésta se cierra sola, de forma instantánea. Y lo hace gracias a su sensibilidad, que actúa como mecanismo de protección.
El Reino Vegetal es capaz de desarrollar estrategias avanzadas para sobrevivir y protegerse. Y esto una vez más denota inteligencia.
Según la Real Academia Española, la inteligencia es la “capacidad de entender o comprender”. Es el “conocimiento, la “comprensión o el acto de entender”. También es la “habilidad para resolver un problema”. De modo que las plantas -en el sentido etimológico-, son inteligentes.
Cuando analizamos estos casos y entendemos el poder que hay detrás, aceptamos que las plantas son seres álmicos. Son altamente sensibles al medio, captan los peligros, perciben la música y notan el sonido. También son capaces de reconocer tu voz y estado anímico, así como tus variaciones emocionales.
¿No me crees? Haz la prueba.
Pon dos macetas con Hierbabuena viva en un lugar soleado. En una tarjeta escribe la palabra “amor” y en otra “odio”. Ponlas en las macetas para que puedas identificarlas y sepáralas. Ahora mira la planta de “amor” y envíale pensamientos positivos. Dile lo bella que es, lo contento que estás de que esté contigo y ofrécele tu energía positiva. Haz esto durante varios minutos. Ahora cambia de vibración y mira la planta “odio”. Envíale pensamientos negativos. Dile que la odias, que no te gusta, y que tiene la culpa de todos tus problemas. Haz esto durante varios minutos.
Si repites el experimento durante varios días seguidos, comprobarás que las plantas no crecen igual. Reaccionan de forma diferente -de acuerdo a la proyección de tu energía- . Aunque físicamente las cuides igual, la planta cargada de amor, crece mejor que la planta cargada de odio. Esto ocurre porque la estructura molecular de las plantas, es capaz de percibir tu energía sutil -beneficiándola o dañándola-.
Con los Ajos sucede lo mismo. Si separas dos dientes de Ajo (con piel) y uno lo cargas de amor y buenos sentimientos, este se mantendrá mejor en el tiempo. Se conservará bien y sus virtudes medicinales perdurarán en tiempo. En cambio el Ajo cargado de odio, se dañará rápidamente y acabará pudriéndose.
Aunque estos experimentos te parezcan muy simples, lo cierto es que te muestran de forma directa el poder que tienen tus emociones sobre la materia.
Saber que las plantas reaccionan ante las vibraciones sutiles que las rodean, te permite ver el Reino Vegetal con los ojos de una bruja. Te hace respetarlas, amarlas y protegerlas. También te acerca a su espíritu y te da la clave para conjurar su poder.
Si quieres trabajar con la magia de las plantas necesitas entender esta idea.
No puedes rechazar el campo y luego pedir su ayuda en tus rituales, esperando un gran éxito. No puedes odiar la Naturaleza y pretender que la Ruda, la Salvia o el Eucalipto te limpien de la negatividad. Puedes intentarlo, claro, y ellas te ayudarán. Pero si quieres desarrollar tu conexión con el Reino Vegetal, necesitas abrir tu mente y corazón a su energía.
Te diré, que cuando aprendí a comunicarme con el espíritu de las plantas, mi magia herbal se empoderó. Mis pociones se hicieron más efectivas. Mis inciensos llegaban más lejos en los planos sutiles y mis jabones limpiaban mejor. Esto ocurre cuando aceptas que las plantas tienen alma y aprendes a conjurarlas en tu magia.
Conectar con el alma de las plantas, es algo que debes aprender si quieres ser una buena bruja. Hacerlo es bastante sencillo y los beneficios son para todos. Cada vez que preparo una mezcla herbal y conecto con el espíritu de la Grama, el Hipérico o el Enebro, percibo una energía ancestral que está con nosotros desde el principio del tiempo. Esa energía está ahí, esperando a que tú la reconozcas, y si aprendes a conjurar su poder, ella estará encantada de ayudarte.
EL PASEO VERDE DE LA BRUJA
La mejor forma de empezar a conectar con el Reino Vegetal es tomar consciencia de lo verde que te rodea. Y para eso, los “Paseos de Bruja” son la mejor opción.
1. Ponte ropa cómoda y prepárate para salir.
2. Párate ante tu altar y conéctate con el Gran Espíritu. Recita una oración que te ayude a sintonizar con el Reino Vegetal.
Saludo al Gran Espíritu de la Naturaleza
Madre Tierra - Dios del Sol
Elementos que estáis alrededor
Acompañad mis pasos
Santificad mis actos
Mientras recorro el Templo del Espíritu
Si te apetece dirigirte hacia las fuerzas vitales de la Naturaleza puedes decir:
Oh Espíritu de la Naturaleza
Madre Tierra-Dios del Sol
Haced que mi experiencia sea saludable
Otorgadme vuestras bendiciones
Para que pueda serviros a través de los oficios
Sin Daño alguno y por el Bien común
Que así sea
3. Comienza a caminar siendo consciente de la vegetación que te rodea. Deja que el Espíritu te muestre la vegetación local. Observa las plantas, árboles, matojos y arbustos de tu alrededor. Analiza la vegetación que se encuentra cerca de casa y sé consciente de su presencia.
Nota: el descampado que hay en la esquina lleno de hierbas silvestres, o ése árbol que tienes ante ti y no ves, también forman parte del Reino Vegetal. El Diente de León que nace en el bordillo de la acera o ésa Ortiga que ha crecido al lado de tu árbol favorito, también.
Si durante el paseo ves alguna especie que te llama la atención, hazle fotos con tu teléfono móvil y aprende más sobre ella. Analiza para qué sirve a nivel físico, qué propiedades medicinales tiene y qué contradicciones. Observa si los árboles de alrededor están sanos, enfermos o en un punto medio. Analiza si las condiciones climáticas de este año lo han dañado o beneficiado. Toda la información que puedas recoger te servirá.
4. Cuando termines el paseo y quieras volver a casa, da las gracias al Espíritu por su ayuda.
Oh Alma Sagrada de la Naturaleza
Madre Divina - Antiguo Dios
Que la Luz esté siempre con nosotros
Benditos seáis por vuestro Amor
5. Vuelve a casa en paz y da por terminado el ejercicio.
Practicar “Paseos Verdes” es una fuente de inspiración si quieres aprender. Cuando los haces bajo un estado de conexión consciente, el Espíritu sale a tu encuentro aportándote enseñanzas. A veces las plantas te tocan para darte un mensaje. Si estás en pleno paseo y una flor -rama, hoja o semilla- cae ante ti, tal vez sea la señal de que debes aprender sobre ella y aplicarla en tu vida.
Si fue una hoja caduca, tal vez debas “liberarte de viejos patrones de pensamiento y renovarte”. Si fue una flor de Diente de León, tal vez necesites “aprender a marcar territorio en tus relaciones y trabajar tu autoestima”. Si fue un pétalo de Rosa, tal vez necesites “conectar con el corazón y liberarte del miedo”. Todos los árboles y plantas aportan información, y si sabes leer los mensajes, encontrarás respuestas sabias.
El paseo también te ayuda a conocer gente sabia. Si tomas una mata de flores porque te llamaron la atención, tal vez te encuentres con alguien local y te diga qué es ésa hierba. Si la persona conoce el campo, seguro que te da más información. Puede que te diga su nombre popular o para qué sirve. No pienses que tus vecinos rurales no tienen magia. A menudo aportan datos interesantes, de modo que escucha lo que te cuenta la gente y luego contrasta la información.
Analizar el entorno silvestre más cercano también puede actuar como una clase filosófica. Si observas las zonas salvajes, tal vez sientas que son descuidadas y rudas. Tal vez pienses que deberían cuidarse más, pero ésas zonas también aportan enseñanza.
La biodiversidad de la Tierra es una muestra de la tolerancia que existe en la Naturaleza. Si en un mismo espacio crecen plantas, arbustos y pinos -de forma salvaje-, no debería causarte un conflicto al verlo. Si ésa zona es natural y te llama la atención, puede que el Espíritu te esté diciendo algo.
¿Te importa que los demás adopten un estilo de vida diferente al tuyo?
¿Tanto te molesta que tu hijo se peine ahora de ésa forma tan rara?
¿Qué necesitas aprender de ése estado salvaje que te muestra la Tierra?
¿Cómo puedes aplicar sus enseñanzas en tu vida diaria?
La espiritualidad basada en la Naturaleza, nos ayuda a entender que las zonas salvajes son tan necesarias para la salud, como el orden. No todo el espacio natural ha de estar “ordenado” porque sí. Lo salvaje también forma parte del entorno.
Si te encuentras viviendo una rutina diaria, donde lo superfluote importa demasiado, es el momento de salir y pasear. Cuanto más lo hagas mejor conectarás, y más enseñanzas te traerás del Reino Vegetal.
“Camine descalzo sobre la hierba, entre árboles altos, y absorba las vibraciones que ellos transmiten. Vaya a playas y desiertos, a ríos y otros lugares de belleza y energía natural. Entre más haga esto, más podrá canalizar las fuerzas ocultas de la naturaleza.”
Scott Cunningham.
“Herbalismo Mágico”. Llewellyn Español. 2003.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva
*******************************
[1] En este párrafo he resumido trescientos mil años de evolución planetaria. Aunque en esta lección vamos a centrarnos en la aplicación práctica de las hierbas, he creído necesario contarte cómo funciona, para que tomes consciencia de su importancia. Si el Reino Vegetal no estuviera en la Tierra, no podríamos vivir. De modo que conocerlo y respetarlo forma parte de nuestro entrenamiento.