45. EL REINO MINERAL

45. EL REINO MINERAL
La Quinta Esencia de la Tierra
Si has llevado a cabo los ejercicios de conexión con la Tierra, te habrás dado cuenta de que su práctica te hace cambiar por dentro. El hecho de practicarlos en paz y confianza estable un vínculo espiritual con la Naturaleza, que te ayuda a despertar la consciencia. Esto te hace ser más estable, armonioso e intuitivo. Te ayuda a expandir tu visión y te impulsa a dar un salto cualitativo en tu consciencia.
Ahora que hemos terminado los ejercicios, es el momento de continuar con nuestra formación y sintonizar con la Tierra a través del Reino Mineral.
Desde el punto de vista simbólico, las piedras y los minerales son los hijos de la Tierra. Ellos son los depositarios de la sabiduría y los mensajeros de su amor. Las brujas y los magos (así como los místicos y sacerdotes) trabajamos a menudo con ellos para conectar con la Tierra y sentir sus energías.
En la comunidad mágica las piedras y los cristales son aceptados, usados y amados, porque su materia está impregnada del poder original creador. Proceden de la Madre Tierra y como hijos suyos tienen parte de su vibración. Cuando tomamos un mineral en nuestras manos y lo hacemos bajo la consciencia despierta, estamos conectando con el espíritu del planeta. Por “la parte” conectamos con “el todo” planetario, y esta conexión consciente establece el vínculo interno que acelera la evolución de nuestro espíritu.
Todas las piedras (preciosas o semipreciosas) están llenas de energía. Cada una de ellas tiene virtudes específicas, y pueden ayudarnos a potenciar nuestra conexión con el Espíritu. Con ellas podemos sanar nuestro interior, despertar recuerdos, conectar con los planos superiores y proyectar nuestra consciencia para lograr un objetivo.
¿Pero cómo se forman los minerales?
¿Realmente funcionan como se cuenta?
¿Cómo hemos de usarlas en nuestra vida?
Según los científicos, nuestro planeta fue en su origen una nube de gas, polvo y rocas originadas por el sistema solar. Cuando este polvo se condensó, se formó una bola fundida y caliente, que dio origen a la Tierra. Gradualmente esta bola fue enfriándose y una delgada capa se formó en el exterior dando lugar a la corteza terrestre (o manto terrestre). Este manto es la superficie del planeta, aunque en su interior, la esfera de magma sigue hirviendo y girando intensamente.
Los minerales se forman a través de diversos procesos geológicos variables. Algunos lo hacen mediante la solidificación del magma volcánico al llegar a la superficie, convirtiéndose en minerales ígneos (como la Obsidiana o la Lava). Otros se forman al compactarse los sedimentos del suelo (como los Fósiles). Y otros lo hacen a través de la presión que reciben o a las condiciones ambientales que las rodean (como la arena).
Dependiendo del proceso geológico que se produzca, la creación de un mineral puede tardar miles de años o suceder de forma rápida. Cuando el proceso es lento y se da en el interior de una burbuja de gas, se forman minerales de gran tamaño (como las Geodas de Amatista). Cuando el proceso es rápido se forman minerales pequeños parecidos al vidrio.
Cuando los gases del núcleo planetario son proyectados hacia arriba por el movimiento de las placas tectónicas, los minerales surgen a la corteza terrestre y llegan a nosotros. Durante todo este proceso, los minerales van recogiendo la energía de la tierra, del fuego y de todos los elementos que los forman. Y así una simple roca, tiene grabada en su estructura molecular, la historia de su viaje y puede transmitirnos su sabiduría.
En las últimas décadas el amor hacia las piedras ha renacido. Los amantes de la Naturaleza tenemos a nuestra disposición más información que nunca sobre ellas. En cualquier librería especializada, podemos encontrar enciclopedias y libros sobre los poderes secretos de las piedras, y descubrir métodos avanzados para practicar.
En todas las partes del mundo el Reino Mineral se utiliza como medio de elevación o “puente de conexión” para trascender. Los sacerdotes de las antiguas religiones, los sumerios, egipcios, griegos, mayas, celtas, etc usaron los minerales con este fin. Los chamanes, las curanderas y los trabajadores de las energías también lo hacemos.
Para que las piedras y los cristales nos ayuden, necesitamos tomar consciencia de su poder, recordar su origen y su evolución. De la misma forma que los minerales se elevan desde el interior del planeta hacia la corteza terrestre, nuestra consciencia ha de elevarse para conectar con el Espíritu.
Si cogemos un mineral y lo tocamos recordando esta idea, podemos usar su poder para que nuestra mente se conecte y el alma se eleve a los planos invisibles. Como punto de conexión “entre los mundos”, las piedras y los cristales son capaces de trasportarnos hacia otro estado de consciencia y dejarnos “ver” lo que necesitamos saber. Su sola presencia puede traernos muchas bendiciones, -a veces más de lo que pensamos-. Y así, el simple hecho de llevar puesto un Cuarzo Rosa o una Labradorita como colgante, puede provocar en nosotros, el cambio interiorque necesitamos para que nuestra vida se armonice. ¿Magia? Sí, es la magia de la Tierra.
Cualquier persona puede beneficiarse de la magia mineral. El cuerpo humano está especialmente dotado para recoger la energía sutil que nos ofrecen las piedras. Cuando las llevamos encima (colgadas o en un bolsillo) las piedras entran en contacto con nosotros y nos ofrecen su energía. En la práctica, los minerales también sirven como “potenciadores de la magia”, ya que su materia es capaz de absorber, mantener y proyectar la energía.
Algunos practicantes de la magia utilizan los minerales como la herramienta principal de trabajo. Otros los combinan con velas, inciensos, flores y plegarias. Algunos magos de escuela chamánica han diseñado sistemas muy profundos de conexión, estableciendo métodos de lo más interesantes. El autor Francisco Bostrom en su obra “La Sabiduría de las Piedras- Ediciones Obelisco- nos cuenta:
“Para las almas de barro, las piedras no son más que piedras. Pero para las almas de oro, las piedras vibran, se comunican y nos orientan. Como supremas metáforas de lo divino, ellas encuentran su fuerza en el placer de servirnos y en nuestra capacidad de amar a todas y a cualquier forma de vida, sea ésta animal, vegetal o mineral”
Si alguna vez has entrado en una tienda de minerales, posiblemente hayas sentido la energía de las piedras. Al contemplarlas, algo extraño se apodera de nosotros. Su presencia, belleza y energía, nos envuelve atrayéndonos como un imán. Cuando los miramos por primera vez, los minerales despiertan en nosotros el recuerdo de que una vez fuimos luz. En silencio, las piedras esperan a que usemos su energía a favor de la evolución. Y cuando lo hacemos, ellas multiplican sus dones en nosotros.
Teniendo en cuenta que ahora mismo nos encontramos trabajando con las fuerzas de la Tierra, aprender sobre minerales nos ayudará a conectar más profundamente a su energía. Se dice que las piedras preciosas y semipreciosas son el grado más elevado del Elemento Tierra. En ellas se condensa la luz del universo, el poder del planeta y las virtudes del Espíritu. Tomarlas como aliadas en nuestro viaje, nos ayudará a despertar nuestras cualidades internas más hermosas.
En el mundo invisible las piedras preciosas y semipreciosas se ven como “faros de luz” que iluminan nuestro espíritu. Cuando traemos piedras y cristales a casa y los colocamos en lugares estratégicos, estamos armonizando el ambiente y dirigiéndolo hacia la elevación espiritual. Una casa decorada con minerales, es más segura y armoniosa. Además de aportar elegancia y belleza, los minerales protegen a sus moradores, limpian el ambiente de negatividad y favorecen la armonía.
En casa tenemos una geoda de Amatista puesta sobre una columna de piedra. Está ubicada en el salón para que todos la disfruten. La encontramos en una feria mineral y cuando la vimos nos enamoramos de ella. También tenemos Citrinos, Cuarzos y otras piedras colocadas en las habitaciones y en todos los altares. Hemos comprobado que incluir minerales en nuestro trabajo, es beneficioso tanto para el bienestar general del hogar, como de nosotros mismos. Su sola presencia nos ayuda a conectar y eleva nuestras vibraciones amorosas.
Al igual que ocurre con los cuatro elementos primarios, los minerales también han sido objeto de grandes estudios, análisis y correspondencias. Se dice que existen minerales masculinos y femeninos. El género se les otorga por la energía que producen en nosotros. Y así, aquellos minerales cuya energía es activa, enérgica y fuerte (como el Granate o el Hematites) son masculinos (porque su energía es fuerte). En cambio los que tienen vibraciones pasivas, suaves y tiernas son femeninos (como la Amatista, el Cuarzo Rosa o la Piedra Luna).
Otro dato que te conviene conocer, es que la cantidad no siempre garantiza la calidad del trabajo que hagas con los minerales. Para sentir el poder de una piedra, no necesitas ponerte encima un colgante de medio kilo. Una pieza de Cuarzo del tamaño de tu uña pulgar, es suficiente para que su energía actúe en ti.
Para que puedas conectar con el Reino Mineral y usar sus poderes, aquí tienes un programa de conexión que te ayudará a despertar tu “consciencia cristalina”. Está diseñado para que puedas familiarizarte con el poder de las piedras, usarlas en tu magia y mejorar tu vida. Si ya eres un experto en piedras, tal vez este programa te lo sepas de sobra, pero quizás te ayude a recordar tus comienzos y te haga recuperar la ilusión del principio.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva