41. OFRENDA DE GRATITUD A LA TIERRA
El Agradecimiento de la Bruja
Cuando practicas todos los ejercicios de conexión con la Tierra, algo se remueve en tu interior. Un sentimiento de amor y gratitud brota de forma natural en tu corazón y sientes que efectivamente la Tierra es sagrada.
Si notas que necesitas hacer algo por la Tierra, puedes comprometerte a plantar un árbol autóctono por la zona. Hacer esto apoya tu conexión y mejora la vida en el planeta. Repartir semillas mientras das tus paseos de bruja y envías bendiciones es una gran idea.
A menudo recojo bellotas de encina y las pongo en el centro del altar. Sobre ellas recito una bendición para que puedan crecer sanas y fuertes, y luego las reparto en mis paseos. Las encinas son árboles centenarios. Tardan mucho en crecer, pero forman parte del paisaje de mi zona. Comienzan a madurar a mediados de septiembre, de modo que las recojo cuando están listas.
Seguramente yo no vea nunca uno de estos árboles maduros. Pero plantarlos es una forma de agradecer las bendiciones que la Tierra me ofrece ahora. Las nuevas generaciones lo disfrutarán. Cuando haces una ofrenda a la Tierra, no puedes pensar sólo en ti mismo. Debes extender tu amor para que otros se beneficien de ella. Plantar árboles es una de ésas formas.
Si quieres hacer lo mismo, toma las semillas en tus manos y cárgalas de amor. A continuación sopla sobre ellas para insuflarles tu aliento de vida. Siente que las semillas recogen tu energía. Si quieres pronunciar una oración que propicie su crecimiento afirma:
Oración para Bendecir Semillas
Oh Gran Madre, Diosa de la Tierra
Bendice estas semillas con tu don
Otórgales el soplo de la Vida
Para que mantengan la energía de este mundo
Y se conviertan en testimonios de tu Amor
Bajo la gracia divina y en armonía con todo
Que así sea
Ahora las semillas están bendecidas. Llévatelas en tus paseos y repártelas en hoyos o lugares estratégicos, donde sepas que el agua se acumulará en época de lluvias.
Otra forma de agradecerle a la Tierra sus favores, consiste en colocar una ofrenda en tu altar y rendirle tributos. Los paganos de Europa, América y Asia, a menudo presentan ofrendas a la Tierra como reconocimiento de vida. En ella ven la presencia de la Gran Madre y como signo de amor y gratitud, los devotos presentas ofrendas y libaciones. En Perú, el culto a la Pachamama (Madre Tierra) todavía perdura. Una vez al año la comunidad indígena presenta ofrendas de agradecimiento a la Tierra, por todos los beneficios agrícolas y ganaderos obtenidos.
Cuando vives de la Tierra, para ti es natural agradecerle su ayuda. Y la ofrenda es la expresión ritual que puedes hacer para compensarla. En la comunidad pagana, las brujas y los “Servidores de la Diosa” hacemos lo mismo. Presentamos ofrendas en el altar o en la Naturaleza directa, como gesto de gratitud.
Si en estos momentos has practicado todos los ejercicios y has sentido la conexión, presentar una ofrenda estará bien. La característica más coherente de ofrendar a la Madre Tierra, consiste en agradecerle lo que tienes, sin dañar el medio ambiente. Poner flores, frutas, pan o algo biológico que pueda descomponerse en la Tierra, es lo más coherente. Para hacer esto no hace falta seguir ningún protocolo ritual complejo. Lo único que tienes que hacer es dejarte llevar por tus sentimientos.
Una vez al mes coloco en mi altar una ofrenda de agradecimiento por los favores recibidos. Para hacerlo despejo el altar y pongo un jarrón con flores frescas. Añado platos con pan, dulces, frutas y una copa de vino. También pongo una pequeña tarjeta con mi agradecimiento del mes. Si he logrado un objetivo y me siento feliz, escribo ese objetivo en el papel y añado “Gracias”. Enciendo las velas del altar y el incienso. A continuación rezo una plegaria agradeciendo los favores recibidos. Bebo algo de vino -en señal de celebración- y vuelvo a llenar la copa para la Madre Tierra.
Si quieres hacer lo mismo y no sabes qué rezar, puedes usar el “Himno Homérico” a la Madre Tierra. También puedes buscar un poema que te guste o simplemente decir “Gracias”.
Otra oración que puedes decir es:
Te doy gracias oh Gran Madre de la Tierra
Por todo lo bueno que me das cada día
Por ser tú la luz que guía mi vida
Por darme el amor que viene de ti
Gracias Señora porque estás aquí
Junto a mí
Si necesitas dejar claro en tu mente que la ofrenda es para la Tierra, pon tus manos en el altar y afirma:
Oh Gran Madre
Diosa de la Tierra
Señora de los Mil Nombres
Pachamama, Deméter, Cibeles, Gea
Acepta esta ofrenda que te presento
En agradecimiento a tu servicio
Por el suelo que piso, gracias
Por el aire que respiro, gracias
Por el agua que bebo, gracias
Por el fuego que me calienta, gracias
Por el alimento que tomo, gracias
Por mi salud restaurada, gracias
Por mi familia unida, gracias
Por mi hogar protegido, gracias
Por mis negocios bendecidos, gracias
Por mis viajes seguros, gracias
Por la vida entregada, gracias
Por…. (añade lo que necesites agradecer)
Que esta ofrenda sea bien recibida
Oh Madre de la Tierra
Y tu bendición nos acompañe
Que así sea
Toca la campana tres veces y deja consumir las velas.
Siéntete feliz de agradecer la ayuda de la Gran Madre
Cuando las flores se marchiten, retira la ofrenda y vuelve a colocar el altar como estaba. La tarjeta puedes conservarla en tu agenda como recordatorio del momento. En el futuro te gustará ver lo qué agradecías y por qué. Las flores, la cera de las velas y el incienso arrójalos a la basura. El pan y las frutas llévalos a la Naturaleza y déjalos al pié de un árbol o en un lugar natural –lejos de las miradas curiosas-. Los animales lo agradecerán.
Nota: si te acostumbras a presentar una ofrenda cada mes (aunque sea pequeña), el vínculo que habrás creado con la Tierra se hará más fuerte. Hacer memoria sobre lo bueno que tenemos es importante para mantener la visión de nuestra vida.
Déjame recordarte un detalle importante: la ofrenda no has de presentarla porque yo te lo diga. Has de hacerlo porque tú lo sientas en tu corazón y tu fe te incline a hacerlo. Si te sienes confuso porque no sabes qué agradecer, empieza por lo fácil. Empieza agradeciendo la salud, la familia, el amor y eso que para ti es imprescindible. Aunque damos por hecho que todas estas cosas ya deben formar parte de nuestra vida, no siempre es así, y agradecerlo nos ayuda a tomar consciencia de lo afortunados que somos.
Desde la Experiencia: pasar un rato ante el altar y presentar tu ofrenda a la Tierra es una experiencia enriquecedora. El hecho de colocar las flores en el jarrón, verter el vino en la copa, encender las velas, escribir tu agradecimiento y rezar a la Madre Tierra, te conecta con su energía de forma directa. También te ayuda a tomar consciencia de tu propia vida y te recuerda que gracias a ella podemos vivir. Cuando hago esto cada mes, siento que estoy devolviendo los favores que me concede la vida y un sentimiento de amor, justicia y felicidad se apodera de mí.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva