El Reconocimiento y Amor de tu Tierra
Ahora que hemos conectado con la Tierra y sabemos cómo usar sus poderes, es el momento de proyectar nuestro amor hacia ella.
Ofrecer una bendición a la Tierra en señal de gratitud, es lo más acertado que podemos hacer para agradecerle sus favores. También es recomendable cuando necesitas “reconciliarte” con tu espacio vital, tu hogar, tu barrio o el pueblo donde vives.
Si descubres que “odias” tu pueblo, pero no te queda más remedio que estar ahí, te recomiendo practicar este ritual. Aunque hayas vivido experiencias tóxicas con personas malvadas y tu corazón se sienta herido, la Tierra donde vives no tiene la culpa.
Practicar esta bendición te aporta muchos beneficios. En primer lugar te hace tomar consciencia de que ella sigue ahí abajo, soportando nuestros pasos. En segundo lugar te hace cambiar la mentalidad respecto a los sentimientos que tienes sobre el lugar donde vives.
Odiar tu pueblo no te coloca en una posición de armonía con la Tierra. Es más, te aleja del Espíritu. Si piensas que existen otros lugares mucho más bellos y dignos de ti, necesitas bendecir tu Tierra cuanto antes. Cuanto más desconectado te sientas de tu tierra, más lo necesitas.
Tiempo adecuado: en cualquier momento.
Elementos Necesarios: Paz y Amor.
Procedimiento:
1. Sal a la calle y observa tu casa. Da un paseo por el barrio donde vives y mira toda la zona. Inspecciona las calles, los coches y todo lo que hay a tu alrededor. Sí, más allá de ti mismo existen otras energías.
2. Respira profundamente y siente que no estas sólo. Siente que la Tierra sigue ahí abajo, y ésa Tierra es tan sagrada como la de tu espacio sagrado favorito.
3. Eleva tu vibración de amor. Siente compasión, cariño, ternura y buenos deseos hacia la vida que te rodea. Cuando sientas que te conmueves, dirige todo ese amor hacia la Tierra. Para hacerlo toca con tus manos el suelo y di una oración que exprese tu amor. Escoge la que más te guste. Aquí lo importante es dejarte llevar por tu amor y ofrecerlo con generosidad. Si te sientes preparado siempre puedes recitar un poema que exprese tu emoción. Pero si no sabes qué decir afirma:
Benditas seas oh Madre de la Tierra
Fuente de toda energía
Benditas seas por el pan de cada día
Por la salud que nos concedes
Por el amor tan generoso que nos viertes
Por la alegría que desprendes
Gracias Gran Madre
Porque estás aquí, junto a mí
4. Si te apetece también puedes recitar el “Himno Homérico” a la Madre Tierra. Es un himno griego que expresa las cualidades generosas de la Tierra y sirve perfectamente para trabajar con ella.
Cantaré a la Tierra
Madre de todas las cosas
Bien cimentada, antiquísima
Que nutre sobre la tierra todos los seres que existen
Cuantos seres se mueven en la tierra divina o en el mar y cuantos vuelan
Todos se nutren de tus riquezas
De ti proceden los hombres que tienen muchos hijos y abundantes frutos
Oh venerable, a ti te corresponde dar y quitar la vida a los mortales hombres
Feliz aquel a quien tú honras, benévola, en tu corazón
Pues todo lo tiene en gran abundancia
Para hombres tales la fértil tierra se carga de frutos
En el campo abunda el ganado, y la casa se les llena de bienes
Ellos reinan, con leyes justas, en ciudades de hermosas mujeres
Y una gran felicidad y riqueza los acompaña
Sus hijos se vanaglorian con pueril alegría
Las doncellas juegan y saltan con ánimo alegre y en coros florecientes
Sobre las blandas flores de la hierba
Tales son los que tú honras, veneranda, oh pródiga Diosa.
5. Cuando termines tu gratitud detente y observa el entorno. Abre los sentidos y escucha cualquier manifestación que se produzca a tu alrededor. A menudo la Tierra se comunica con nosotros por medio de sonidos, insectos, mensajes o noticias. Cuando hayas terminado tu paseo, vuelve serenamente a casa y mantente abierto a las señales.
El Ejercicio ha terminado.
Consejo: si ahora mismo vives en una ciudad y antes vivías en un pueblo, te recomiendo practicar este ejercicio en ambos sitios. Reconocer la Tierra donde has vivido te aporta una sensación de reconciliación, paz, amor y arraigo. Te hace sentirte parte de la vida y te ayuda a recordar tu historia. Si ahora vives en un país diferente y no puedes practicar este ejercicio en tu país natal, siempre puedes pedirle a algún familiar que te envíe Tierra de tu pueblo para tenerla a mano. Yo vivo en un pueblo del interior de Valencia, pero me críe en otro. De modo que siempre tengo Tierra de mi pueblo para sentirme conectado y feliz con mi origen.
La Tierra donde nací como madre la conocí.
Sabio y Bendito Seas
El Brujo Shiva