CÓMO PROTEGER A LOS BEBÉS
Y Niños Pequeños
Si ya has parido y todo está bien, te doy mi ¡enhorabuena! (de nuevo). Un nuevo bebé ha venido para experimentar la vida y aprender. Y eso es motivo de alegría. Ahora toca cuidarlo y educarlo para que crezca sano y fuerte. Existen muchas formas de proteger energéticamente a los bebés. Las tradiciones están llenas de rituales, oraciones, amuletos y expresiones amorosas que puedes practicar.
Además de darle atención, higiene y alimento, para protegerlo puedes hacer el ritual del ombligo. En las antiguas tribus de África, Asia y Oceanía, existe la costumbre de enterrar el ombligo del bebé al pié de un árbol frondoso. Esta costumbre todavía se practica en la actualidad y está basado en la “Ley de Semejanza”. La idea está en que así como el ombligo se desintegra en la Tierra y sirve de abono para el árbol, el niño crecerá sano y fuerte -como el árbol-. Si lo deseas puedes hacer esto en un paseo con el padre o con tu familia.
Cuando mi sobrina nació (gracias al ritual de fertilidad), enterré su ombligo al pié de un Olmo gigante que todavía existe en el pueblo. Cuando ella creció y se convirtió en adolescente, fuimos de paseo por la zona y le dije:
¿Sabías que este es tu árbol de nacimiento?
-¿Mi árbol? – me dijo-
Sí, es tu árbol porque aquí enterramos tu ombligo cuando naciste para que te criaras fuerte y sana.
Cuando le dije esto se quedó sorprendida porque mi hermana no le contó nada. No sabía nada del asunto y al decírselo se sintió amada y protegida. Empezó a mirar el árbol de otra forma y eso creó un vínculo especial entre ambos. El hecho de saber que un adulto te ayudó energéticamente a que nacieras y estuvieras bien, da mucha alegría. Te hace sentirte amado por la familia.
Aunque no todos podemos decir que tenemos un árbol de nacimiento, crear esta tradición es maravilloso. A los niños les encanta saberlo. De modo que cuando veas que el ombligo de tu bebé se cae, no lo tires a la basura. Consérvalo y cuando puedas ve al campo y entiérralo en un lugar alejado. Lo mejor es escoger un árbol autóctono que sea fuerte y grande. Así cuando tu hijo crezca podrás visitarlo y contarle su historia.
Además de enterrar el ombligo, también puedes hacer otras cosas para proteger a tu bebé del peligro. La fórmula más conocida en España es la de la cinta roja con nudos. Esta fórmula pertenece a la magia popular y consiste en tomar una cinta roja, hacerle siete nudos y ponérsela al bebé en el carrito o carricoche. Para eso toma un trozo de cinta roja (seda o satén) y hazle siete nudos sin que se toquen unos con otros. Mientras lo haces piensa en tu bebé y envíale tu amor. Carga la cinta con buenas intenciones para que se impregne de energía. Si lo deseas, puedes rezar una oración o pronunciar palabras cortas que expresen tu deseo. Por ejemplo:
Oh Gran Madre
Diosa de la Tierra
Protege a mi hijo (…)
Haz que la Salud le acompañe
Y que ningún mal le alcance
Cuando tengas la cinta con los nudos ponla en su ropita o carrito. Las madres cristianas suelen incluir en la cinta un imperdible con alguna medalla religiosa. Otras le añaden un puño de Azabache o Coral Rojo como amuleto de protección. Estos dijes son fáciles de llevar y si el bebé acaba de nacer puedes ponerlo donde no lo alcance con la mano. Si con el tiempo ves que la cinta se pone fea o se estropea, quémala y prepara otra nueva.
Contar con estas protecciones siempre va bien, pues evita que el bebé recoja envidias y “Mal de Ojo”. Si prefieres recurrir a los minerales como protección, puedes poner bajo su cuna una Fluorita, una Celestina o Calcita Verde. Ponlas siempre donde no las alcance el niño o inclúyelas en un saquito de tela cerrado para que no se las lleve a la boca. Los minerales suaves protegen al bebé y le ayudan a descansar. También propician su salud y puedes ponerlos en su habitación si lo deseas.
Otra cosa que puedes hacer para protegerlo es darle bendiciones mientras duerme. Bendecir a los hijos es una costumbre magnífica que todavía se practica en algunas religiones. Todas las personas podemos bendecir si lo hacemos con amor. La clave está en concentrar tu buena voluntad y proyectar esa energía a través de la palabra. Si notas que tu bebé duerme mal o tiene pesadillas, pon tus manos sobre él y envíale tu energía amorosa. Transmítele calma y seguridad y visualiza que está envuelto en luz rosa o azul celeste. Siente que tu amor lo envuelve en un campo de energía. A continuación, pon tus manos sobre frente o corazón y susurra:
Te Bendigo en el nombre de la Luz
Te Bendigo en el nombre del Amor
Te Bendigo en el nombre del Espíritu
Que la Salud, la Protección y la Felicidad
Te acompañen siempre
Con esta simple oración estás proyectando tu energía amorosa hacia el pequeño y eso hace que su Aura se potencie. Si el bebé tiene más de 3 años también puedes usar un poquito de Agua Florida (como si fuera colonia) para que se mantenga libre de negatividad. Esto será más que suficiente para que su energía se armonice y esté sano.
APRENDE A DISFRUTAR DE LA MATERNIDAD
Y no te obsesiones con el Ma
Cuando las madres ven que sus hijos se enferman mucho, se sienten acobardadas y no saben cómo enfocar la situación. Esto les lleva a pensar en lo peor y a veces les surgen ideas de lo más descabelladas. En estos casos lo que hay que hacer es actuar con lógica. Si tu bebé está mal, acude a tu doctor. Luego, revisa tu propio estado emocional y comprende que si tú estás nerviosa, el bebé lo percibe.
Algunas veces me he encontrado con madres muy nerviosas y preguntarme si sus hijos estaban enfermos de “Mal de Ojo”. Al mirarlos observé que no tenían nada en absoluto. Pero la madre sí. Su propio estado mental y emocional tóxico les hacía contagiar al bebé de su negatividad. De modo que si eres muy nerviosa aprende a relajarte. Recuerda que la clave para mantenernos protegidos está en elevar nuestra energía, ser positivos y enfocarnos en lo bueno de la vida. No todo el mundo está lanzándote maldiciones contra ti -aunque así lo creas-.
Recuerdo una vez a una vecina que siempre me preguntara por sus hijos Cada vez que me cruzaba por la calle me preguntaba cómo veía a sus hijos. Al mirarlos comprobaba que los hijos estaban perfectos. Simplemente estaban creciendo y era normal que de vez en cuando se enfermaran o cayeran jugando.
Que tus hijos se enfermen de vez en cuando no significa nada oscuro. Significa que ¡estás criando! Tener hijos requiere tiempo, sacrificio y paciencia. Pero también te ofrece alegrías, satisfacciones y amor. De modo que si notas que tus hijos están enfermos, llévalos al doctor para descartar cualquier problema. Luego protégelos con estas técnicas y sigue feliz con tu familia.
Sabio y Bendito seas
El Brujo Shiva